En Venezuela, el inicio de las festividades en honor a la Virgen de Chiquinquirá, conocida como La Chinita, es uno de los eventos más emblemáticos del año, especialmente en Maracaibo, estado Zulia. Cada 26 de octubre, miles de devotos venezolanos y visitantes de otras naciones se congregan para la tradicional “bajada” de la Virgen, un evento lleno de espiritualidad, cultura y sentido de identidad. Este año, bajo el lema “Chiquinquirá, camino de esperanza y paz: ¡125 años consagrados a su Hijo!”, la imagen de la patrona del Zulia descendió desde su camerín hasta el altar, marcando el comienzo de semanas de celebración.
Para Venezuela, La Chinita representa un símbolo de unidad y esperanza que resuena profundamente en su historia y cultura. Su festividad conecta generaciones y ofrece un espacio para que las personas encuentren paz, consuelo y fuerza en tiempos difíciles. Monseñor Enrique Pérez Lavado, arzobispo de Maturín y marabino de nacimiento, recordó en su homilía que la presencia de la Virgen es una fuente de protección y renovación espiritual que inspira a todo el pueblo venezolano.
Programa de Actividades para Celebrar a La Chinita
La bajada es solo el comienzo de una serie de actividades religiosas y culturales en honor a La Chinita. Estas festividades se extienden durante todo el mes y son una oportunidad para que venezolanos y extranjeros conozcan de cerca esta devoción:
- Distribución de Pasquines: 25 de octubre, después de la misa de las 5:00 p.m.
- Bajada de la Virgen: 26 de octubre en la plazoleta de la basílica a las 5:00 p.m.
- Procesión de la Chinita: 27 de octubre a las 11:00 a.m. en el Malecón de Maracaibo.
- Homenaje Gaitero: 8 de noviembre a las 5:00 p.m.
- Eucaristía Solemne: 18 de noviembre a las 5:00 p.m.
- Cierre de las Fiestas Patronales: 30 de noviembre, con una misa final y el tradicional recorrido de la “Aurora” por Maracaibo.
La Chinita: Un Encuentro con las Raíces Venezolanas
A través de la figura de La Chinita, Venezuela invita al mundo a compartir una tradición que encarna valores universales: la fe, la esperanza y el amor. Aunque es una celebración profundamente zuliana, la bajada de La Chinita y las actividades que la acompañan atraen a personas de toda Venezuela y Latinoamérica, quienes encuentran en ella una fuente de inspiración.
La bajada es un momento de comunión que conecta a la comunidad zuliana y a todo el país en torno a la imagen de su patrona, fortaleciendo la identidad venezolana y abriendo las puertas a quienes desean comprender la riqueza espiritual de este país.
Cada año, Venezuela demuestra a través de esta festividad cómo su cultura y espiritualidad resisten el tiempo y se transforman en un espacio de unión, especialmente importante en el contexto latinoamericano, donde la tradición y la fe se entrelazan para mantener vivas sus raíces.
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